La recomposición de la impunidad en Guatemala

Editorial

En los últimos días hemos sido testigos de la recomposición del Pacto de Corruptos y de aquellos empresarios aglutinados en las distintas cámaras empresariales, que esperan una revancha contra quienes le pusieron nombre y rostro a la corrupción e impunidad en nuestro país.

Los ataques en contra de los magistrados de la Corte de Constitucionalidad (CC) son un claro ejemplo de que esos poderes paralelos buscan afianzarse en el sistema de justicia, colocando a los magistrados de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) y Corte de Apelaciones que les garanticen esa impunidad que por años han tenido.

Los constantes ataques a los que se han visto expuestos tanto el jefe de la Fiscalía Especial Contra la Impunidad en Guatemala (FECI) Juan Francisco Sandoval, como los magistrados Gloria Patricia Porras, Francisco de Mata Vela y Bonerge Amílcar Mejía, ha sido por mantener en pie esa frágil democracia y el imperio de la Ley.

Esos Cuerpos Ilegales y Aparatos Clandestinos de Seguridad (CIACS) que se han visto afectados por las investigaciones de la FECI y/o resoluciones de la Corte, han estado preparando campañas de desprestigio y denuncias espurias en contra de todo aquel que no es aliado de la impunidad.

Esto nos hace ver la necesidad que tenía el país de contar con la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG) y de develar todo un sistema de cooptación el cual buscan recuperar con ahínco aquellos que decidieron darle la espalda a la lucha contra la corrupción y la impunidad.

Hoy vemos como esos Cuerpos Ilegales y Aparatos Clandestinos van tomando fuerza con apoyo de aquellos que se vieron descubiertos, quienes han utilizado al Estado para proteger únicamente sus intereses, y continuar amasando fortunas a costa de la vida de muchos guatemaltecos que se ven desprotegidos por un Estado que no les garantiza las condiciones mínimas de una vida digna.

Veremos en los próximos días mayores ataques desde la CSJ y el Congreso en contra de muchos actores que se han atrevido a denunciar la corrupción y la impunidad en Guatemala. No dudamos que el siguiente en ser atacado con la fuerza de los corruptos sea el Procurador de los Derechos Humanos, Jordán Rodas, que no será la primera ni la última vez que sea el blanco de esos ataques.

Es momento que todos los guatemaltecos iniciemos una cruzada en contra de esta recomposición de poderes oscuros y apoyemos los esfuerzos encaminados a tener una justicia que no esté cooptada por esas mafias que buscan siempre sus beneficios.

No perdamos la oportunidad de tener Cortes y no Mafias. Cortes que nos garanticen una justicia independiente, sin corrupción y que permitan avancemos en el camino para derrotar a la impunidad que tanto daño ha hecho al país.