Muchos migrantes que llegan a la frontera de Estados Unidos desde Centroamérica lo hacen debido a «una élite depredadora» que está vinculada a una serie de problemas en sus países de origen, no por la flexibilización de las políticas de inmigración de la era Trump por parte del presidente Biden, según Juan González, uno de los principales asesores del presidente de Estados Unidos, Joe Biden en materia de inmigración.
«Francamente, hay una élite depredadora que se beneficia del status quo, que es no pagar impuestos ni invertir en programas sociales», dijo González, director del Consejo de Seguridad Nacional para el Hemisferio Occidental y asistente especial de Biden.
Agregó que «la migración es esencialmente una válvula de liberación social para los migrantes, que las remesas de sus ganancias en Estados Unidos impulsan un mayor consumo en sus países de origen».
Cuando los padres y los jóvenes miran a su alrededor en países que carecen de carreteras pavimentadas y buenos trabajos, y que también pueden llevar la amenaza de la violencia de las pandillas y la violencia contra las mujeres, no ven otra alternativa que arriesgar sus vidas dirigiéndose al norte, dijo González.
González habló con Steve Inskeep de NPR después de regresar esta semana de un viaje a México, donde junto a Roberta Jacobson, ex embajadora en México que ahora forma parte del Consejo de Seguridad Nacional, se reunieron con funcionarios para discutir formas de calmar la crisis en el Frontera sur de Estados Unidos.
Arreglar esos problemas no será ni simple ni rápido, dijo González. «Es un esfuerzo de generaciones», y agregó que si bien podrían surgir algunas soluciones a corto plazo, la migración requiere un enfoque sostenido que cuente con el apoyo bipartidista e internacional.
Su visita se produjo cuando la administración Biden lidia con una crisis en la frontera sur de los Estados Unidos, donde el ritmo de llegadas de migrantes ha aumentado desde el final de la era Trump.
Cientos de niños y adolescentes migrantes no acompañados llegan a diario. A partir de esta semana, más de 5,000 niños y adolescentes migrantes no acompañados se encuentran bajo la custodia de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de EE. UU. Y el jueves, Biden insistió en que no deportará a los niños que llegan solos a la frontera.
«No lo voy a hacer», dijo el presidente. Muchos han relacionado el aumento de la migración con las políticas de Biden, y aunque González reconoce que se está produciendo un cambio real en las prioridades y el enfoque, señaló que hay otros factores en juego. También describió el enfoque del ex presidente Donald Trump como un caso atípico.
«Tuviste una administración anterior que tenía un enfoque de Fortaleza América, ignoró nuestras obligaciones humanitarias internacionales y pensó que un muro era una solución», dijo González, «a pesar de que los migrantes y las drogas realmente ingresan a nuestro país a través de puntos de entrada».
El objetivo de Biden, dijo González, es hacer cumplir la ley estadounidense, pero también reconocer que Estados Unidos es una nación de inmigrantes.
«Podemos gestionar la migración de manera responsable y digna, hacer cumplir nuestras fronteras y abordar la migración desde el origen; esa es la propuesta que está presentando», dijo.
Los funcionarios de la Casa Blanca han dicho que la solución a las cifras de migración masiva debe incluir elementos holísticos, enfatizando la importancia de mejorar la vida y reforzar las oportunidades en los países de origen de los migrantes.
La administración Obama comprometió miles de millones de dólares en países de origen de los migrantes con la esperanza de que el dinero mejorara las condiciones allí lo suficiente como para reducir el flujo de personas que se trasladaban al norte. Cuando se le preguntó si la administración de Biden revivirá ese programa, González dio una respuesta sencilla.
González dijo que el Centro para el Desarrollo Global realizó un estudio que mostró que las inversiones estadounidenses llevaron a menos violencia en El Salvador, lo que a su vez resultó en caídas en la migración.
«Así que estábamos viendo resultados, y luego entró la administración Trump y recortó muchos de esos programas», dijo y agregó que ninguna cantidad de dinero tendría impacto sin la voluntad política en esos países y los compromisos de sus sectores privados y de la sociedad civil.
Biden le ha encomendado al vicepresidente Harris el trabajo de trabajar con los gobiernos de México y América Central para facilitar el flujo de migrantes. Con Harris a cargo del esfuerzo, dijo González, Estados Unidos adoptará un «enfoque mucho más basado en asociaciones» para trabajar con otros países y con fundaciones que operan en la región.
«Hay zanahorias y palos», dijo González, para ayudar a Estados Unidos a navegar el enigma de encontrar formas de ayudar a las personas en países donde los que están en el poder pueden no compartir el mismo objetivo.
El dinero, por supuesto, a menudo se considera la mejor zanahoria. González señaló que Estados Unidos podría obtener apalancamiento a través de la inversión internacional de corporaciones estadounidenses, si el entorno es favorable en México y Centroamérica.
En cuanto al palo, dijo que Harris trabajará para crear un grupo de trabajo regional anticorrupción, una medida que cumpliría una promesa de campaña de Biden. Y dijo que Estados Unidos y sus socios podrían imponer sanciones y «congelar los activos de las personas involucradas en el lavado de dinero».
Como parte del viaje, González, quien es originario de Colombia, visitó a funcionarios en Guatemala para discutir cómo hacer frente a las causas fundamentales de la migración. Tiene experiencia particular en ese país, habiendo servido como voluntario del Cuerpo de Paz en Huehuetenango.
González también tiene una larga trayectoria laboral con Biden. Fue asesor especial del entonces vicepresidente de 2013 a 2015, cuando representó a Biden en asuntos relacionados con el hemisferio occidental.
