NO HAY CRUZADA SIN CRUZADOS – II

Luis Felipe Linares López

No quería dejar inconclusa la serie de tres columnas ofrecidas a los lectores de Epicentro GT sobre la Gran Cruzada Nacional por la Nutrición, a la que hemos denominado “una cruzada sin cruzados”, porque la importancia que le concede el Gobierno en el discurso, no se corresponde con las acciones que se realizan y los recursos asignados, para reducir en siete puntos porcentuales la desnutrición crónica (DC) en menores de cinco años para 2024.  

Por ejemplo, en el Plan Operativo Anual de Seguridad Alimentaria y Nutricional (POASAN) de 2021, aparecen Q1,844 millones a ejecutar por el MINEDUC, que si bien son importantes para mejorar la situación nutricional de los estudiantes de preprimaria y primaria, no cubre más que en mínima parte (menores de cinco años inscritos en párvulos) a la niñez menor de cinco afectada por la desnutrición crónica.  Es decir, que apoya la seguridad alimentaria y nutricional (SAN) de un segmento importante de la población, pero no incide en el loro de la meta principal de la Gran Cruzada.   Desde hace muchos años se objeta la inclusión en el POASAN del Ministerio de Comunicaciones, a quien en 2021 correspondían Q901 millones (13 %) del total de Q7,131 que supuestamente se destinan a la SAN.  Digo supuestamente porque en el caso del Ministerio de Comunicaciones, se aduce que las carreteras permiten transportar los alimentos, pero en ese caso el aporte es únicamente indirecto, no se puede afirmar que es una inversión directa en SAN.   En este caso y en otros da la impresión de que se busca inflar las cifras, pero es un autoengaño, porque al final de cuentas, no se financian acciones con incidencia directa en la reducción de la tasa de DC.

Finalmente, en cuanto al Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación (MAGA), la mayoría de los recursos presupuestados (totalmente insuficientes, pues apenas llegaron a Q466 millones en 2021), se destinan a distribución de alimentos, en tanto que para el apoyo a la agricultura campesina – para las más de 600,000 familias en condiciones de producción de infrasubsistencia y subsistencia – apenas se dedicaron Q50 millones en 2021, según reportaje de Prensa Libre (10/1/22).  Hace unos años se decía que el Programa de Agricultura Familiar para el Fortalecimiento de la Economía Campesina (PAFFEC), era el programa insignia del MAGA. El PAFFEC propiamente dicho finalizó en 2020,  pero lo que se reporta como apoyo a la agricultura familiar, proporcionado a través de los extensionistas, es totalmente insuficiente – 88,976 huertos familiares –  a lo que se agrega que la mayoría de agencias de extensión carece de insumos, vehículos y estabilidad del personal. Como acertadamente señala en el mencionado reportaje el experto en desarrollo rural, Dr. Adrián Zapata, este año se presenta a dicho ministerio el desafío de resultados convincentes respecto a la atención de sus roles propios. 

En la columna última, donde mencionamos las novelas de dictadores, dentro de las cuales ocupa un lugar prominente “El Señor Presidente”, de Miguel Ángel Asturias, incurrimos en una omisión. Decíamos que el iniciador en la literatura latinoamericana fue nuestro Premio Nobel, pero antes hubo dos novelas que precedieron a la obra asturiana: “Amalia” de José Mármol, inspirada en el dictador argentino Juan Manuel Rosas, y “La sombra del caudillo”, de Martín Luis Guzmán, que trata sobre los períodos de gobierno de Álvaro Obregón y Plutarco Elías Calles, aunque esta última algunos estudiosos la ubican dentro de la novela de la revolución mexicana.