DA MUCHA PENA

Oscar Augusto Rivas Sánchez

Cuando mis nietos llevaban varias semanas de asistir a clases, hacer tareas y todo lo relacionado, como tener amigos y jugar, el gobierno inauguró el Ciclo Escolar 2023, para los alumnos del sector público. En pocas palabras, los estudiantes que buscan su formación en el Estado, ya van con retraso, pero empezaron.

Barrios, decretó la enseñanza primaria obligatoria, gratuita y laica; de eso hace ya casi ciento cincuenta años, pero lamentablemente, el producto ha sido precario, ya que salvo dos o tres gobiernos que han vuelto a ver a la educación, como medio para generar un mejor país, los otros, la han visto como La Cenicienta y solo la utilizan para seguir sangrando al erario.

A la gran mayoría de políticos y a sus jefes, no les interesa para nada la educación, prefieren la ignorancia, que es la mejor vía para explotar a los guatemaltecos y algo peor, para alcanzar posiciones de mando y poder, que les permitan hacer lo que les venga en gana.

En un programa de opinión, el comentarista insiste en que “la responsabilidad por las malas candidaturas y las pésimas elecciones, es de los ciudadanos, que no analizan correctamente por quien votan”, expresión que sería adecuada en un país culto, educado, sin analfabetos y sin ignorantes, pero nuestra linda Guatemala, no es eso. Se cultiva la ignorancia y el analfabetismo, precisamente para que los votantes no puedan razonar, no entiendan el efecto de su escogencia y se inclinen por quien grita más, les regala una gorra, una lámina o una playerita.

Hace algunos años, le pregunté a un agricultor si en su finca había escuela, sin pensarlo dos veces me respondió que la había cerrado, pues, “solo aprenden a leer y ya quieren ganar más”. Triste la realidad del país.

Quizá fue por fastidiar al gobierno, pero los periódicos y noticieros no oficiales, el mismo día de la inauguración del ciclo fueron a distintos puntos del país, para ver las condiciones en que la actividad se realizaría y el resultado fue un desastre. Los pupitres son escasos, las escuelas carecen de lo más elemental como es el agua, los maestros   deben cubrir varios grados: una pena; pero como ya lo dije, fueron publicaciones que tal vez lo que pretendían era desprestigiar al gobierno. Por eso preferí ir a dar una vuelta, no al interior del país, pues no hace falta caminar mucho para ver la realidad, aquí en la capital. Pude ver que ya casi no hay escuelas para párvulos, o lo que es lo mismo, la preprimaria es solo para los que la pueden pagar, que son la minoría; las pocas escuelas de primaria están en el abandono y en mi querido Instituto Nacional, ya hasta el techo de las aulas ha volado.

Quien espere progreso, inversión extranjera, productividad y en general el avance de nuestro país, tiene que volver a ver a la educación o simplemente se está engañando.

Termino anhelando que alguno de los múltiples candidatos, diga y haga algo al respecto, porque con mil perdones para quienes se sientan ofendidos, nadie puede querer a Guatemala y a su pueblo, si no, por lo menos, ofrece atender en forma prioritaria y decidida a la educación pública.