REFLEXIONES SOBRE LA JUSTICIA PARA EL NUEVO AÑO

Gabriel Orellana

Lo dijo Leonardo Da Vinci: “La justicia requiere poder, inteligencia y voluntad”. El progreso y la Paz de Guatemala dependen de la buena administración de la justicia, así de simple, nos guste o no. Para iniciar este nuevo año les comparto, amigos lectores una selección de pensamientos y reflexiones sobre la justicia y su administración, que vengo coleccionando desde hace varios años. 

“Es deber del Estado garantizar a los habitantes de la República la vida, la libertad, la justicia, la seguridad, la paz y el desarrollo integran de la persona.” Artículo 2º de la Constitución Política de la República de Guatemala.

“Que la Justicia se imponga con un mazo es como rezar con palabrotas.” JR Chaves. Greguerías jurídicas de nuestro tiempo. 17/04/2021

“Solía decir […] Raúl Cervantes Ahumada, que la impunidad tiene tres efectos: primero, quien comete un acto ilícito y no recibe el castigo no duda en repetir su acción; segundo, quien observa un ilícito no sancionado tiende a imitar ese hecho, y el más grave es el tercero, pues las víctimas de los ilícitos no castigados recurren a hacerse justicia por propia mano.” Raúl Contreras Bustamante. Impunidad y derecho. Excélsior. 13 de Agosto de 2016.

“No me gusta la justicia popular. Odio la venganza. Eso sí, lo de que la ley es igual para todos, sí, evidente. Pero su interpretación y aplicación no. Indiscutiblemente no. Depende de quién sea, como te apellides, para quién trabajes, de quién seas amigo y a qué te dediques, si caes en manos de un tribunal u otro, las cosas te irán mejor o peor. Y a las pruebas me remito. O sea, un asco.” Melchor Miralles, Urdangarin, la cárcel y la infanta Cristina, República.com, 22/02/2017 

“Solo hay algo peor que un cura ateo y es un juez que no crea en la justicia”. Juez Sergio Moro. (Citado por Carlos E. Cué, El juez Sergio Moro: “En Lava Jato la opinión pública protegió a la justicia de las presiones”. La Nación, 4 abr 2017).

“Diálogo es el antídoto contra la diatriba. Dialogar en política es convivir con los disensos. Tarea moral que exige vocación de escuchar, admitir y corregir a favor del bienestar social. Anulado el diálogo, la autocracia impone su diatriba. La dictadura no dialoga. La Constitución Nacional no se negocia.” Gustavo Hernández Díaz, Diálogo y diatriba, El Universal.com. 30.06.2017.

“Los abogados son los destinatarios del requerimiento de la justicia, para que la procuren, para que la impartan o para que la conquisten con honor ineludible. La justicia no triunfa solamente porque se adquiera o se defienda un derecho. La justicia triunfa o se derrota, fundamentalmente, por la manera como se adquiere o se defiende ese derecho. […] Por ello no nos confundamos entre los medios y los fines del derecho. La justicia nunca puede triunfar parcialmente. Si descuida los fines por atender los medios o si claudica en los medios por obstinarse en los fines, habrá vencido en fracciones y cuando la justicia triunfa a medias quien ha vencido, en realidad, es la injusticia. No se puede conceder razón a quienes consideran a la observancia de la ley como un espacio demasiado reducido para la satisfacción de sus demandas, ni a las autoridades que consideran a la ley como un espacio demasiado estrecho para la realización de su trabajo. […] El desafío de la justicia obliga a hacer uso de voluntad, de serenidad y de firmeza para conjurar toda vulneración al Estado de derecho, cualquiera que sea la forma que adopte, llámese arbitrariedad, abuso, desvío, ilicitud, delincuencia, impunidad, corrupción o lenidad.” José Elías Romero Apis, El fiscal de hierro, Excélsior, 07.07.17.

“Es comprensible que el padre de un hijo asesinado quiera matar al asesino. Es comprensible que en casos de legítima desesperación creas que el dolor que te hacen se cura causando el mismo daño. Por eso no es una buena idea dejar la aplicación de la Justicia en manos de las víctimas o de sus familiares y por eso nuestro sistema judicial se basa en el castigo y en la reinserción pero nunca en la venganza.” Salvador Sostres, Para que no nos llamen fascistas, ABC, 21/05/2017.

“La justicia no se hace plebiscitando enfurecidos pareceres. Así se hacía el circo romano. Se trata de sopesar pruebas y arribar a conclusiones lo más científicas posibles para reconstruir hechos objetivos, no deseos partidarios. La cuestión de fondo no pasa por ganar una apuesta (ni una elección). Es darle credibilidad al sistema. Convertir en dibujo animado la noticia deseada es primitivismo posmoderno.” Edi Zunino, Pericias Nisman: El magnicidio deseado, Perfil.com, 25.09. 2017

“En el proceso civil moderno el juez no puede conservar la actitud pasiva que tuvo en el proceso de otros tiempos. Es un principio del derecho civil público moderno que el Estado hallase interesado en el proceso civil; no ciertamente en el objeto de cada pleito, sino en que la justicia de todos los pleitos se realice lo más rápidamente y lo mejor posible. El juez, por lo tanto, debe estar provisto también en el proceso civil, de una autoridad que careció en otros tiempos.” Giuseppe Chiovenda en Principios de Derecho Procesal Civil (1906).

“La justicia tiene personajes de “carne y hueso”. No representan una comedia ficticia sino un drama real o hasta una tragedia verdadera. Allí, la víctima sufre en carne propia. Allí, el medrero se queda con lo mal habido. Allí, el corrupto se embolsa el precio de su deber convertido en mercancía. Allí, cuando la justicia triunfa a medias, quien ha vencido, en realidad, es la injusticia. […]

Para colmo, son muchos los que consideran que someterse al imperio de la ley es un signo de debilidad. O que respetar la Constitución es conceder ventajas innecesarias a los delincuentes. O que desempeñar honestamente un cargo público es una forma de estupidez. O que inculcar en los hijos principios de legalidad es inutilizarlos para el futuro. O que buscar soluciones en el cauce legal es complicar los problemas.

Lo cierto es que es un gran peligro ser justo en el mundo de la injusticia, ser honesto rodeado de corruptos, ser sensato en medio de estúpidos, ser civilizado entre salvajes, ser valiente entre cobardes, ser avanzado entre retrógradas o ser patriota entre traidores. Se corre el riesgo del anatema, del exilio o de la hoguera. […] la justicia requiere acompañarse de fortaleza, de prudencia y de templanza porque se pervierte cuando se hace cómplice de los falsos símiles de aquéllas. Ni con la simple fuerza, que a veces aparenta ser auténtica fortaleza. Ni con el desnudo temor que, en ocasiones, pretende disfrazarse de genuina prudencia. Ni con la mera abstención, que simula engalanarse como templanza verdadera.” José Elías Romero Apis, Justicia mexiquense, Excélsior, 26.02.2021