LA CRISIS INTERMINABLE

Luis Fernando Mack

El sistema político guatemalteco esta construido para producir crisis sistémicas.

Dice un dicho, atribuido al filósofo Jorge Santayana, que los pueblos que olvidan su pasado, están condenados a repetir sus errores; y esto parece que se aplica con toda propiedad a Guatemala: el sistema político, que se orienta únicamente a la obtención de réditos y prebendas, produce una interminable y continua sucesión de crisis y problemas, debido a que no se preocupa realmente por elaborar planes y proyectos serios que permitan anticipar los problemas, de manera que se minimizan los riesgos y las dificultades, tal como hacen las autoridades de los países más desarrollados. En Guatemala, por el contrario, hemos construido un modelo político e institucional que simplemente es reactivo: responde a los desastres y problemas, y al hacerlo, lo hace de forma lenta e ineficiente.

El hundimiento del Km 15 en Villa Nueva así lo demuestra: en la prisa por “arreglar” el problema, alguna autoridad que hasta el momento no se ha aclarado quien fue, tuvo la brillante idea de sin tener mayores datos, intentar rellenar el agujero simplemente vertiendo materiales dentro del agujero. Unas cuantas lluvias después, el material desapareció en lo profundo de la caverna, dejando en evidencia la magnitud del chapuz que se intentaba practicar. Con el paso de los días, el hermetismo mas total ha prevalecido: ni hay cuentas claras de cuanto dinero se gastó en esa reparación fallida, ni hay una responsabilidad institucional o personal de quién autorizó realizar tal intento fallido por resolver el problema.

Pero el misterio va más allá: el problema se hace más difícil de resolver, debido a que no existen planos del supuesto colector que colapsó, ni tampoco hay planos del puente que a unos metros, corre el peligro de ser tragado por el agujero, que cada día amanece más grande; de esa cuenta, mientras se intenta dilucidar la magnitud del problema, la población aledaña sigue sufriendo en carne propia por la falta de previsión de las autoridades responsables, responsabilidad que parece oscilar entre la autoridad municipal, o la entidad ministerial a cargo de los caminos, COVIAL.

En la urgencia por dar resultados, el gobierno del señor Giammattei tuvo que abandonar su postura aparentemente desafiante con la que unas semanas atrás se había enfrentado al gobierno estadounidense, al conocerse que una delegación de expertos militares empezó a colaborar estrechamente con las autoridades nacionales, para encontrar una solución al problema.

Lamentablemente, este no es el único desastre que enfrentamos: en las últimas semanas, se han multiplicado los incidentes debido a las lluvias, incluido los derrumbes en la carretera interamericana en el trayecto entre la ciudad de Guatemala y San Lucas, complicando enormemente el transito de las numerosas personas que trabajan o estudian en la ciudad de Guatemala. El impacto, igualmente, está afectando al sector productivo, quién ya ha manifestado en numerosas ocasiones el costo que implica el mal estado de la infraestructura nacional.

Ante la magnitud de los problemas que como sociedad estamos enfrentando en estos días aciagos, es bueno que los guatemaltecos reconozcamos que la fuente inagotable de todos los problemas es el insufrible sistema electoral, que sigue empoderando a políticos irresponsables que lejos de preocuparse por los problemas reales de la sociedad, siguen haciendo obras de maquillaje, solamente para deslumbrar a la población.

En el proceso electoral 2023, que está próximo a empezar, los ciudadanos debemos tomar conciencia que ya es tiempo en que reflexionemos a quien le concedemos nuestro voto: mientras sigamos empoderando a políticos irresponsables y poco serios, Guatemala está condenada a repetir eternamente los problemas y errores que ya hemos padecido durante tanto tiempo.