LA CRISIS COMO UNA OPORTUNIDAD

Luis Fernando Mack

“Es en la crisis que nace la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias”. Albert Einstein

Hace unos días, tuve el inmenso privilegio de ser parte de un grupo de entusiastas y decididos ciudadanos que se comprometieron durante un día a acompañar mediante los servicios de alimentación a los estudiantes y trabajadores que mantienen viva la resistencia contra el fraude en la USAC, de manera que conocí de cerca algunas inquietudes y sentimientos de quienes están dejando parte de su tiempo y su tranquilidad, para luchar por lo que creen justo: la recuperación de la única universidad pública del país.

Conversamos durante varias horas con diversos actores allí reunidos en una cocina improvisada, repleta de solidaridad: muy bien apilados se encontraban diversas provisiones que habían llegado de muchos donadores anónimos; yo mismo llevaba un par de provisiones para sumarme a la causa. Esa noche, se tuvo la suerte de que no se necesitó cocinar: una generosa donadora había enviado una dote de deliciosos tamales, por lo que lo único que había que hacer era disponer todos los acompañamientos necesarios: pan francés, chile, y el indispensable limón. Para el postre, el cafecito acompañado del panito de manteca recién salido del horno.

La pregunta obligada de la noche no tardó en aparecer: ¿cómo veían los actores comprometidos con la toma de los diferentes centros la perspectiva a futuro? La respuesta casi contundente de la mayoría fue sorprendente: Debemos prepararnos para una lucha larga, porque el enemigo no quiere ceder. Así que estamos preparados para una resistencia sostenida, aún a pesar del alto costo a pagar: “Sabemos que estamos sacrificando nuestro tiempo, y a lo mejor, algunos de nosotros tenemos la posibilidad de perder más que ello, por ejemplo, los estudiantes que pueden perder un año de su carrera. Pero ese es un costo menor, si pensamos en la posibilidad de perder nuestra alma mater”.

Para complementar esta declaración. un trabajador expresó: “Yo empecé a laborar en la Universidad en los años ochenta, cuando la población confiaba en la USAC. Durante muchos años, la Universidad ha ido perdiendo el norte. Con cada Rector que llegó, se fue perdiendo paulatinamente mucho del compromiso con el pueblo guatemalteco que era tan tangible en los años de la guerra interna. Pero con lo que ha ocurrido recientemente, la Universidad ha perdido toda su esencia y su trayectoria. No podemos permitir ese retroceso” Salí esa noche completamente renovado. Por un lado, la solidaridad expresada en las manos de quienes, con mucho amor, están preparando los alimentos que se sirven día a día; por el otro, ver la determinación y la esperanza de quienes se niegan a rendirse, por lo que están comprometidos a defender el honor mancillado de la Universidad.

Esa noche soñé en la posibilidad de que esos campos de resistencia sean la semilla que logre al fin articular un gran movimiento que recupere la esperanza de un país que se cae a pedazos por la inequidad de un puñado de traidores.

La crisis que vivimos puede ser una oportunidad de transformación, si aprovechamos el cinismo con el que se comportan las actuales autoridades para favorecer la urgencia del cambio que finalmente articule un gran frente por el rescate de nuestro país. Definitivamente, no es tiempo de rendirse: la luz al final del túnel puede estar a la vuelta de la esquina.