INAUDITO

Oscar Augusto Rivas Sánchez

Fuertemente impresionado por lo que alguien ha llamado “creatividad jurídica, para tratar de burlar el resultado de las elecciones”, busque una expresión que encabezara esta columna, recordando de inmediato a mi querido amigo y maestro don Alfredo Bonatti Lazzari, quien utilizaba con frecuencia el calificativo de “inaudito” para asuntos que le sorprendían por absurdos y malévolos.

Como me gustó la expresión, pues abrí el diccionario encontrando que su significado es; “nunca oído, sorprendente por insólito, escandaloso o vituperable”. Fue suficiente, la columna ya tiene título.

Es evidente que el resultado de la elección presidencial ha dejado muy descompuestos, a quienes han abusado y se han aprovechado del país en los últimos años, que nunca esperaron semejante cosa, y que a cada momento ven sus propósitos de seguir mangoneando al país, cada vez más lejanos. Por eso han hecho todo tipo de tropelías y sería natural que puedan hacer más -ojalá que no- porque la desesperación es muy mala consejera y ellos están aturdidos, descompuestos, todavía no creen lo que les dijo el resultado electoral.

Pero recordemos lo que ha pasado: Asalto al Registro de Ciudadanos, con caras cubiertas, armas de grueso calibre y abuso a flor de piel, como si el operativo se tratara de capturar a un cartel completo; orden de cancelar al partido que paso a segunda vuelta; orden de captura para funcionarios electorales; allanamiento a la sede del partido relacionado.

La sociedad se ha conmovido, ya son decenas, sino centenas de entidades que reclaman el cumplimiento de la ley, el mundo se muestra preocupado, por donde se mire hay incredulidad, estupor, coraje.

Pero tenía que haber más, y aquí sí que se llegó al colmo: a medianoche y luego de una sesión que fue calificada de muy tensa, el otrora Tribunal Supremo Electoral, se vio en la necesidad de plantear un amparo -“preventivo” ha dicho la presidente-, contra la casi totalidad del gobierno: se incluyó a la Corte Suprema de Justicia, tres de los más poderosos ministerios de estado, la Procuraduría General de la Nación, la Policía Nacional Civil y la Fiscal General. Solo faltó que también se pidiera amparo contra la Corte de Constitucionalidad. ESTO NUNCA SE HABIA VISTO, leamos la historia del mundo, no digo solo la de Guatemala; rebusquemos en los libros de jurisprudencia y no encontraremos antecedentes. Es cierto que conocemos muchos ejemplos de tiranías, pero que el Tribunal Supremo hiciera lo que hizo, JAMAS…

¿Qué temores tuvieron los magistrados?, ¿Qué sospecha? ¿Qué esperaban o esperan? ¿A que riesgos se vieron expuestos? Sería interesante poder conocerlo, pero con imaginarlo ya es bastante. Para decirlo en términos coloquiales, las circunstancias les obligaron a tirarse al agua, a quemar su naves.

No me cabe duda de que fue algo inaudito, es decir, nunca visto ni oído, escandaloso, insólito, una afrenta a Guatemala y a los guatemaltecos, que en su momento deberá ser sancionada y que ojalá…. ojalá nunca vuelva a repetirse. Pero de todas formas, la borrachera de poder, la ambición y el pánico que a algunos ha causado la lección electoral dada por la ciudadanía, aun puede originar cosas muy graves, tenemos que estar atentos.