MATERIA GRIS Y RESERVA MORAL

Oscar Augusto Rivas Sánchez

Desde siempre, la sociedad ha entendido que los gremios profesionales, dado que se deben ocupar de la investigación, la ciencia y la cultura en general, constituyen su materia gris; de igual forma, considera que los profesionales, por su formación y su dedicación al estudio, están llamados a ser ejemplos de conductas y actitudes, y que por ello forman una importante parte de sus reservas morales.

Para solo citar dos ejemplos, en Guatemala, desde mucho antes de la independencia, el gremio de los abogados ha tenido una actuación destacada, ha servido de orientador tanto de las autoridades como de la opinión pública; cosa muy parecida ha sucedido con el gremio de los médicos y cirujanos. La situación llegó a tal, que el Colegio de Abogados ha sido consultado o ha emitido opinión en muy distintas, variados e importantes asuntos de la vida nacional: las juntas de Belén, la independencia, los cambios legales ocurridos luego de 1944, la Constitución vigente y muchos otros más, que incluyen representación en innumerables instituciones.

Pero algo está pasando y los colegios en general, no es uno en especial, casi todos, han dejado de ser referentes de la cultura, la opinión y los valores sociales. La verdad, vamos bastante mal.

Por muchos años he tenido relación con casi todos los colegios y por eso puedo sentir los cambios.  Es muy penoso, pero por todos lados aparecen los “dueños de los colegios” que se meten en todo, reclaman por todo y logran que se hagan sus caprichos. Hay dirigentes que no entienden para que sirven las actas, menos saben redactarlas y entenderlas; son mediocres, por decirlo suavemente, que no pueden dirigir una sesión, menos una asamblea; dejan las responsabilidades en manos de un gerente o administrador; esconden los expedientes que no les convienen, máximo se trata de violaciones a la ética.

Como lo ha reclamado la sociedad, consiguen los votos en las elecciones mediante obsequios, tragos, parrandas y edecanes. Usan los recursos de los colegios para su beneficio personal. Cuentan que en algún caso, se tomó la decisión relativa a que la Junta Directiva y los otros órganos, no celebran sus sesiones en el local de la institución sino en un punto más cómodo, hoteles de cinco estrellas atendidos como reyes; dirigentes que disponen de tarjetas de crédito a nombre del colegio para cumplir sus compromisos sociales, vehículos arrendados y apertura de sedes o corresponsalías en los departamentos, para cumplir compromisos electorales.

Mientras tanto, Guatemala ha vivido la peor crisis de legalidad y respeto a la justicia de su historia y el Colegio de Abogados y Notarios: “bien gracias”, haciendo mutis por el foro; hemos vivido lamentables situaciones de salud y el Colegio Médico, ni se ha dado cuenta; los problemas de la infraestructura, la comunicaciones, vivienda, aun no son del conocimiento, menos opinión del Colegio de Ingenieros. Eso sí, la mayoría de colegios, apoyando la intervención de la Universidad de San Carlos.

En fin, los colegios están siendo utilizados como escaleras para llenar hojas de vida y ascender en posiciones, no para lo que fueron creados.

Buscando culpables, quizá sea la masificación, quien sabe si no es el descontrol que existe en las actividades de muchas universidades; también puede ser la general pérdida de valores que ha sufrido la sociedad; puede ser la indolencia de sus miembros o el dejar hacer y dejar pasar; pero lamentablemente, de materia gris y de reserva moral, QUEDA MUY PÓCO.