LA MEMORIA PUEDE VENCER A LA MUERTE

Luis Fernando Mack

“El mejor homenaje que puede tributarse a las personas buenas es imitarlas” Concepción Arenal

Este año ha sido difícil para mí, debido a que en el transcurso de lo que va del año, he visto partir a diferentes personas que de una u otra forma, han estado alrededor de mi vida, unas en el ámbito familiar, otras en el ámbito profesional, pero todas han dejado un legado imborrable en mi vida que espero, pueda verse reflejado en mi trayectoria profesional y en las ideas que transmito en los espacios en los que me ha tocado contribuir con un granito de arena, para intentar hacer un cambio significativo que haga de este país, un mejor lugar para vivir y para sentirse realizado. Como diría el gran poeta guatemalteco, Otto Rene Castillo, convertido en una hermosa canción: “Aquí solo queremos ser humanos”.

En estos meses he visto partir a dos de los hermanos de mi papá: Lorenzo Mack León, el primogénito de la familia, y posteriormente, el tercero, Francisco, que vivió casi toda su vida radicado en Costa Rica. En el seno de la familia, tuve que acompañar a mi querido papá, don Teófilo, y ver como se le quebraba la voz recordando tantas anécdotas familiares que me enseñaron el valor de la familia, de la lealtad, de los valores éticos más elevados y del trabajo duro y bien hecho. Mi trayectoria personal es un reflejo de los valores que viví en el seno de la familia.

El día de hoy, falleció igualmente un familiar que no pertenece al círculo más estrecho, Lucrecia Hernández. Para explicar, Lucrecia no es familia directa; se dice en la gran familia Mack que hay tres primos hermanos que vinieron de la china y que fundaron las tres ramas que componen nuestra dinastía, y la familia Mack Chang no pertenece a mi línea directa, pero siempre nos hemos reconocido como familia ampliada. Siempre que nos veíamos con Lucrecia, estaba ahí el reconocimiento familiar, pero en particular, la identificación de una trayectoria profesional marcada por el mismo origen. En 1988, en un encuentro familiar, pude platicar con Myrna, la mamá de Lucrecia, cuando yo estudiaba el primera año de sociología: me impactó la claridad de pensamientos y de ideas que ella expresaba, por lo que prometí visitarla en su oficina de AVANCSO, promesa que nunca cumplí. Recuerdo que el día que la asesinaron, el 11 de septiembre de 1990, lloré dentro de mí porque sabía que había perdido la oportunidad de hablar con ella y aprender de forma directa sobre su valor, sus motivaciones y su determinación.

Lamentablemente, cometí el mismo error con Lucrecia: siempre la admiré por su claridad, por su carisma, por su entrega, y aunque a veces no estaba de acuerdo con ella, reconocí en ella el espíritu de entrega y servicio que caracterizó a Myrna. Pero nunca se lo dije. Nunca pude compartir con ella ningún espacio de trabajo o incidencia, y aunque siempre sabíamos que íbamos en caminos paralelos, con los mismos objetivos y las mismas determinaciones que Myrna nos había infundido, jamás propicié el acercamiento o la relación más directa.

Hoy igualmente lloró por dentro, tanto por la oportunidad perdida, como por el impacto que Lucrecia ha dejado en tantas personas e instituciones. Nunca fui tan cercano a su persona como hubiera querido, pero siempre comulgué con el legado familiar y de valores que la impulsaba. Lo mas triste es que ella parte, justo en el momento en el que muchas de las ideas que impulsaron tanto Myrna como Lucrecia, se están materializando de forma maravillosa en este proceso político actual, tan cargado de problemas, pero en el que reconocemos la esperanza y la luz al final del túnel.

Imagino a Myrna y a Lucrecia riendo y celebrando su reencuentro, satisfechas del legado que ambas contribuyeron a sembrar en todos nosotros que nos hemos quedado aquí, como dignos seguidores del sueño que las impulsó. Hoy me toca enviar mi admiración, mi cariño y mi solidaridad a toda la familia Mack Chang, por esta dolorosa pérdida. Ojalá reconforte el dolor familiar el saber que lejos de morir, probablemente renacerán en tantas personas que hoy, reafirmamos nuestro compromiso por trabajar duro y sin descanso, para florezca y se consolide una nueva primavera democrática.