Durante cuarenta años el Grupo de Apoyo Mutuo (GAM) se ha dedicado a buscar a los miles de guatemaltecos que fueron desaparecidos por las fuerzas de seguridad del Estado durante los 36 años que duró el Conflicto Armado Interno, que dejó alrededor de 45 mil personas desaparecidas, de acuerdo al informe de la Comisión para el Esclarecimiento Histórico.
Desde el 4 de junio de 1984, un grupo de familiares de desaparecidos a mano de las fuerzas del Estado fundaron el GAM, la mayoría mujeres que buscaban a sus seres queridos, entre ellas Nineth Montenegro, María Emilia García, María del Rosario Godoy de Cuevas y Aura Elena Farfán.
El movimiento de búsqueda de los desaparecidos lo iniciaron dos mujeres valientes que se enfrentaron al terror que el Estado ejercía sobre las víctimas, la esposa y madre de Edgar Fernando García, Nineth Montenegro y María Emilia García respectivamente. García fue desaparecido el 18 de febrero de 1984, cuando fue detenido por agentes de seguridad en cercanías del mercado El Guarda zona 11 de la Ciudad de Guatemala.
Que este editorial sirva de homenaje para doña María Emilia García, quien falleció el 4 de mayo último, por su incansable e inquebrantable espíritu, y por su búsqueda de justicia por la desaparición forzada de su hijo Fernando, hasta el cielo.
Y por supuesto, saludamos la gran labor que ha hecho la exdiputada Nineth Montenegro, por la búsqueda de la justicia para las víctimas de desaparición forzada, para que la memoria de los desaparecidos jamás se borre.
De acuerdo con el Archivo Nacional de Seguridad, la desaparición de Fernando García forma parte de una campaña de terror del Estado diseñada para destruir los movimientos sociales urbanos y rurales durante los años 80.
El pasado 21 de junio, la Comisión Presidencial por la Paz y los Derechos Humanos, en el marco del “Día Nacional Contra la Desaparición Forzada”, brindó un homenaje a Adriana Portillo, por su incansable lucha en la búsqueda de sus familiares desaparecidos.
Portillo, al igual que miles de guatemaltecos, busca a seis miembros de su familia, desaparecidos también por las fuerzas de seguridad del Estado que detuvieron, secuestraron y desaparecieron a sus familiares sin que hasta la fecha se sepa de su paradero. La activista ha sido apoyada por el GAM y con su labor busca reconstruir el tejido social que tanto necesita Guatemala.
Ese terror ejercido por el Estado dejó su huella al romper el tejido social, sin embargo, el GAM ha apoyado y acompañado a las familias guatemaltecas proporcionando información sobre las violaciones de Derechos Humanos pasadas y presentes, garantizando el acceso a la justicia de los afectados y supervivientes del Conflicto Armado Interno, para que nadie caiga en el olvido y la historia no vuelva a repetirse.
