Policías y el uso de la fuerza

Oswaldo Samayoa

-Al respecto de la muerte de Edgar IC-

El término de uso de la fuerza suele encontrarse en ámbitos militares y del derecho internacional público, especialmente, cuando se refiere a situaciones en que un estado amenaza o utiliza la fuerza contra otro estado. Pero desde hace más de dos décadas se ha venido profundizando, con mayor auge, sobre las policías y el uso de la fuerza en su actividad de prevenir delito y proteger a las personas.

Para comprenderlo y estudiarlo de mejor manera debe siempre encontrarse los fundamentos o posturas que orientan a cada Estado ante sus ciudadanos. Por ejemplo, el Estado de Guatemala es Democrático, orientado al bien común, protector de la persona y fundado en el reconocimiento de la igualdad, dignidad y derechos humanos de todas las personas que habitamos el país. En otras palabras, el uso de la fuerza policial encuentra un marco doctrinario de donde debe partir en sus intervenciones.

Para que esto sea realidad, la institucionalidad policial debe ser profesional, es decir, sus integrantes son personas estudiadas y formadas en el ámbito de la prevención, reacción e intervención en cada una de las situaciones que prevén deberán intervenir. Asimismo, cuentan con criterios suficientes para resolver casos imprevistos. En el manejo de armas tienen, entonces, entrenamiento y construyen el uso de la fuerza desde diversas intensidades: a) disuasión mediante presencia y comando de voz; b) contacto físico; c) uso de inmovilizadores de extremidades; d) sometimiento mediante armas no letales; y e) uso de armas letales.

Podrá notar el lector, que hasta ahora he propuesto dos elementos: doctrina y entrenamiento.

En el ámbito doctrinario de la protección, el policía tiene derechos que también el estado protege, su vida y su integridad personal. Por ello debe, también, de dotarle de insumos suficientes para autoprotegerse, esto es, equipo como chalecos antibalas, cascos en temas de intervenciones especializadas, escudos, etc. Surge el tercer elemento, insumos y equipo.

Como decía un buen amigo instructor de la policía federal mexicana, si solo le dan pistola y solo le enseñan a disparar, será lo único que haga para resolver todo.

Finalmente debo hacer referencia a marcos normativos que incluyen infracciones y disciplina policial, asimismo, obligaciones de rendición de cuentas al finalizar cada intervención.

La muerte de personas a manos de policías, como la que sucedió en EE. UU. y ha despertado manifestaciones masivas; o la que sucedió recientemente acá en Guatemala, del señor Edgar René Ic de un disparo en la cabeza, no solo indignan a cualquier persona, sino que nos ponen frente a la situación de exigir y construir una policía profesional en todos los ámbitos, incluido el uso de la fuerza.

Es un tema para toda la vida, la profesionalización de personas autorizadas a usar la fuerza para sostener modelos de gestión de conflictividad y prevención del delito, requieren ser espacios en permanente auditoría social en cuanto al cumplimiento de las obligaciones esenciales de proteger la vida, la libertad y la integridad personal.

Justicia para Edgar René Ic y su familia.