OTRA CARTA DE PRESENTACIÓN

Juan Francisco Sandoval
Juan Francisco Sandoval

Guatemala es un país en el que no se pasa aburrido. Lamentablemente lo que mantiene la expectación, generalmente son noticias nada agradables, y es precisamente lo que advertimos en el turbulento proceso de elección de Fiscal General para el período 2022-2026.

La actual Fiscal General, quien diariamente muestra con vehemencia su verdadera esencia, como lo hizo en la entrevista en el proceso de postulación, el miércoles 6 de abril. La benevolencia de los comisionados, no impidió que la autoridad superior del Ministerio Público demostrara además que la riqueza lingüística con la que emite sus discursos, es inversamente proporcional a los títulos que muestra públicamente.

Por cierto, nuevamente se expuso en toda su esencia, al dar respuesta a la tacha interpuesta por Marco Vinicio Mejía Dávila, con respecto al plagio de la tesis doctoral, y en defensa del plagio, además de una serie de disparates, arbitrariamente lanzó advertencia de consecuencias administrativas y penales en contra de los comisionados de postulación.

Además de la claridad en la réplica de la tesis de doctorado, y que fue evidenciada en un artículo publicado por el historiador y filósofo Marco Fonseca, nuevamente el actual Ministerio Público demuestra su indolente actitud ante los actos que debe investigar. Nunca se inició investigación oficiosa para determinar la certidumbre del remedo de tesis doctoral, de la jefa de la fiscalía.

Si esto fuera poco, en la ya mencionada entrevista ante la postuladora, en componenda con la presidenta de esa comisión, se vedó el ingreso a la prensa independiente, que no fue obstáculo para que los sagaces periodistas pudieran nuevamente retratar, la evasiva de Consuelo Porras para responder las interrogantes relacionadas con la ilegítima persecución contra operadores de justicia y su alianza con el actual gobernante.

Esa persecución ilegítima promovida por Consuelo Porras, ha implicado casi mes y medio de privación injustificada de la libertad de la valiente Virginia Laparra. Y ha sido otra mujer aguerrida, Siomara Sosa, quien ha denunciado los chantajes urdidos desde el despacho de la Fiscal General para señalarme en uno de los casos implantados, a cambio de obtener beneficios procesales. En muestra de su sabida rectitud y entereza, Siomara Sosa no se doblegó. Desastrosamente, la consecuencia fue que, por instrucciones de Consuelo Porras, fue detenida, y sigue sufriendo el asedio de los fiscales de asuntos internos y de la actual FECI.

Estas acciones, no hacen más que dejar plasmada la genuina personalidad malévola de la jefa del MP.

Tan estruendosas han sido las acciones de Consuelo Porras, que el Parlamento Europeo hizo un llamado para alertar respecto de la criminalización, detención y hostigamiento de operadores judiciales que investigan casos de corrupción, defensores de derechos humanos y periodistas independientes.

Publicaciones de emblemáticos columnistas, han ido documentando muchas de las maniobras de la actual Fiscal General, y que ponen en entredicho no solo su candidatura, sino la preparación académica en las casas de estudios superiores del país, y aspectos como la humanidad y la honorabilidad.

Pero no es solo la actual fiscal y su intento de reelección, los que anticipan un magro porvenir al MP, ya que otros aspirantes han cometido disparates en el proceso, como el caso de Gloria Suchité y José Urrutia, cuyos yerros han sido revelados por la prensa independiente, ante la displicente actitud de la postuladora. Y qué decir de la publicación reciente del diario La Hora, que enciende las alarmas con respecto a la participación del actual Procurador General de la Nación.

Se vienen días decisivos para el sistema de justicia y la institucionalidad de Guatemala, y la ciudadanía debe apropiarse de estos procesos porque es mucho lo que hay en juego, para un mejor futuro.

¡Hasta cuándo Guatemala!