El deficiente sistema de justicia en materia de adopciones

Oswaldo Samayoa

He seguido de cerca al Consejo Nacional de Adopciones, he conocido a las últimas personas que lo han dirigido y a quien lo dirige actualmente. Sé que son personas comprometidas con los derechos de la niñez y adolescencia, personas consientes en que su trabajo conlleva un gran compromiso con esta sociedad y, no teniendo todos los recursos que quisieran, han sacado adelante su tarea.

Pero hay un problema externo a ellos, y es que, la mayoría de las familias que acuden al CNA para adoptar buscan que sea un bebé o un niño/a no mayor de 4 años, algo que resulta difícil de conceder y que complica al modelo de adopciones de Guatemala. Pero vamos por partes, no es tanto el deseo de quienes quieren adoptar, el problema parece radicar en cierta medida en un sistema judicial que va al ritmo de la ley de 1964, y no, al ritmo de la doctrina de protección integral, sus principios de interés superior del niño y de familia.

Resulta ser que hay niñas o niños que son abandonados en la calle por sus progenitores y podrían ser declarados adoptables rápidamente para garantizarles el derecho a la familia, sin embargo, la Judicatura, la Procuraduría General de la Nación o alguien del sistema de justicia, retarda los procesos y, como lo ha denunciado el director del CNA Erick Cárdenas, los bebés llegan a cumplir más de cinco o seis años esperando que les resuelvan sus casos.

El caso de Zacapa en donde la PGN evacuo audiencia 5 años después, el niño cumplió ya 9 años, con lo cual resulta que ahora no hay familias que deseen adoptarlo porque nadie o casi nadie busca adoptar niños mayores de 7 años. Esta situación llora sangre, el daño de afecto emocional esta hecho y quizá el niño este condenado a cumplir 18 años en casas hogares para luego enfrentar una vida en solitario.

Como padre adoptivo que soy puedo decir, a ciencia cierta, que las complicaciones de adaptación de estos niños/as a las nuevas familias está llena de iras, frustraciones y preguntas que en su preadolescencia deben afrontar sin mayores herramientas que las que ellos mismos se forman en su temprano carácter emocional.

No se vale que el sistema de justicia en materia de adopciones sea tan lento e ineficaz. No se vale en este momento culpar a quien los haya abandonado, si no, revisar que en su conjunto seguimos abandonando a la niñez y adolescencia de este país, por lo que estamos condenados al subdesarrollo permanente.

Mi respaldo total a mi amigo y colega Erick en esta tarea que ha emprendido de denunciar los retardos maliciosos que perjudican la vida de estos niños y niñas, pero, además, destruyen los deseos colectivos de bien común.

Les motivo a quienes quieren adoptar, que piensen en niños y niñas mayores de 7 años. Sé que no es fácil, es un tarea que nos lleva a lo profundo de nuestra humanidad, pero les aseguro que los esfuerzos que se realicen nos darán una mejor sociedad.