¡COMO DUELES GUATEMALA!

Editorial

Presiones, amenazas y hostigamientos son los que recibió la jueza de Mayor Riesgo D, Erika Aifán por parte de las estructuras criminales que buscan impunidad, situación que la obligó a renunciar a su cargo y exiliarse para resguardar su integridad física, porque su vida corre peligro en Guatemala, algo lamentable para una Jueza de tan alta calidad como lo es Aifán.

Desde hace algunos años, los jueces como Aifán se encuentran enfrentando una serie de amenazas por parte del propio Estado de Guatemala, porque son los mismos Magistrados de la Corte Suprema de Justicia (CSJ), llamados a defender la independencia judicial quienes han socavado la justicia guatemalteca y es por eso que duele Guatemala, a la vista del mundo.

Varios son los implicados en casos de alto impacto que querían ver fuera del Juzgado a Aifán y es que el pacto entre el sector político, empresarial y militar hoy resulta tener frutos, porque es clara la venganza que han emprendido contra todos los operadores de justicia que no se alinearon a los actos en búsqueda de la impunidad que es lo que los une.

Pero lo más preocupante de todo esto es que sea el propio presidente Alejandro Giammattei y la cúpula del CACIF, quienes ven a Aifán como una amenaza a sus intereses de seguir cooptando la institucionalidad del Estado. Los casos en los que se encuentra supuestamente involucrado el “señor presidente”, hace emprender esa alianza perversa que da como resultado el exilio de los operadores de justicia.

Y es que el aporte de campaña pagado supuestamente por el exministro de Comunicaciones, José Luis Benito, producto de sobornos, ha hecho mella en Giammattei; la investigación de los Q122 millones ha puesto en la mira a varios empresarios y al mismo Presidente que a como dé lugar quiere zafar bulto, pero esta embarrado hasta la coronilla y por eso amenazó, hostigó y presionó para que desde el Despacho de la Fiscal General, Consuelo Porras, la emprendieran contra la jueza Aifán.

El pueblo de Guatemala no puede seguir permitiendo que jueces y fiscales busquen el exilio para que sus vidas y las de sus familias no corran peligro, no es posible que el crimen organizado y las redes criminales se salgan con la suya y nos mantengan subyugados en esta dictadura criminal, estamos llamados a abandonar el estado de conformismo y a movilizarnos para que nuestra incipiente democracia no siga siendo ultrajada. 

Como medio nos hemos solidarizado con todos aquellos operadores que están siendo perseguidos y criminalizados, y ahora no es la excepción, nuestra más sentida solidaridad con la jueza Erika Aifán, y por supuesto que hacemos propias sus palabras: “Es tiempo de unirnos y recuperar fuerzas para encontrar nuevas rutas de transformar Guatemala, de eso depende que nuestras niñas y niños puedan tener una vida mejor».